20.12.06

Para demostrar que todo llega, hoy nos ha llegado el adesele. En teoría nos activaban ayer el servicio, pero las instrucciones que nos dieron con el rúter no bastaban para acceder a internet. Esta mañana he llamado a Jazztel y he dado con una técnica muy paciente que se llamaba Isabel y que no me ha tratado de extraterrestre por utilizar un Mac. La búsqueda del fallo nos ha tenido ocupados a los dos durante más de tres horas, y al final nos han configurado ellos mismos el rúter a distancia. Lo importante es que ya volvemos a sentirnos ciudadanos del mundo después de pasar meses aislados. Los veinte megas resultan ser cuatro y medio, pero qué más da. Después de pasar semanas pendiente del errático güifi del benefactor desconocido (y suerte de él, si no habríamos estado obligados a cerrar la fábrica de traducir desde octubre), esto es la gloria.
Celebro esta fecha tan señalada con un paseo guiado por varias páginas web que me han ido recomendando estas últimas semanas.
En primer lugar, una fabulosa iniciativa que consiste en ofrecer abrazos a la gente por la cara. Vean, vean. Otra campaña muy interesante es la que propone encauzar la energía sexual el 22 de diciembre en pro de la paz mundial. Me parece ideal. Muy a cuento viene este extracto de una emisión de «Cifras y letras». Hay otras formas más inocentes de celebrar la llegada del invierno, y es saltando de copo en copo de nieve. Aprovechando el buen rollo, una bonita coreografía de Chunari chunari, una canción que se convirtió en clásico instantáneo gracias a la más que recomendable, imprescindible película La boda del monzón. Y, para acabar, y aprovechando que hoy hay ganas de derrochar banda ancha, nada mejor que escuchar música en Pandora, la radio a la carta.

No hay comentarios: