10.8.07

Eva me manda un enlace a la wikipedia donde lo dicen todo sobre los gatos de raza bombay: resulta que este tipo de gatos son sociables y moscones, y ronronean sonoramente cuando se les acaricia. El gato bombay demuestra su afecto dándose cabezazos contigo y frotando el hocico con tu mano. No le cuesta interactuar con las personas: es muy hablador y tienen gran variedad de registros de voz con los que comunicarse. Es normal que te contesta cuando le hablas. Investiga paquetes y cajas y le encanta abrirlos. Si se le alimenta bien y de forma sana, le brilla el pelaje y reluce tamién la naturaleza energética que posee. Cuando juegas con él, salta, corre y espera que le persigas para buscar refugio en sus escondites favoritos. Su capacidad para adaptarse al ser humano contrasta con la forma de relacionarse con otros gatos: puede tolearles, pero en general tiende a querer dominar a los demás.
Ese gato es Janfri.
Esta raza se creó en los Estados Unidos en los años cincuenta cruzando gatos americanos de pelo corto con gatos burmeses para que resultara una versión en miniatura de la pantera negra de la India. O sea, un minibaghera.
Esta es una versión cibernética de Janfri que he sacado de una página web (aunque es más mono al natural). Dale la latita de la esquina inferior derecha si ves que tiene hambre o coge el juguete si quieres jugar con él al gato y al... ratón.

7.8.07


Pasar el agosto en el sur no se lo aconsejo a nadie. Y menos si estás trabajando. Podríamos soportarlo si nos limitáramos a levantarnos tarde, comer, dormir siestas y desperezarnos cuando se pone el sol, que a grandes rasgos es la vida que lleva Janfri, pero concentrarse frente al ordenador es tarea imposible. Como prueba gráfica del fenómeno canicular que vivimos en nuestro piso, justo bajo la terraza y orientado al mediodía, Eva hizo circular un par de fotos y un comentario que reproduzco aquí.
«Pensábamos que dormirnos a las 2 o las 3 de la mañana por el calor era demasiado, que trabajar medio en pelotas y con una toalla en el culo para no mojar la silla era demasiado, pero aún no habíamos visto nada. Y es que aquí hasta las velas se declaran en huelga, dicen que éstas no son condiciones (y os aseguro que a esta vela no la ha tocado el sol, más que nada porque durante el día no podemos levantar las persianas porque los marcos de aluminio marrón de las ventanas se ponen a unos 300º y la casa parece un horno crematorio...). Y sí, estamos considerando seriamente la opción de poner aire acondicionado de instalación (tenemos uno portátil, pero no llega para los dos, con el calorcillo que sueltan los ordenadores. Y el router. Ah, y los flexos, recordad que tenemos que tener las persianas bajadas).»