1.5.06

Mientras el currito de a pie disfrutaba de su merecido respiro primaveral, iba a las manifestaciones o cogía el coche para volver del puente pagado, Eva y yo hemos pasado el Primero de Mayo trabajando en casa, intentando paliar los destructivos efectos de los plazos de entrega. Qué incomprendida y solitaria es la vida del autónomo, como ilustra El Roto a la perfección en esta viñeta aparecida en El País de hoy, donde se lee: «trabajador autónomo celebrando el Primero de Mayo».

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