Esta nueva ficha de mi inventario de traducciones está dedicada a la narrativa infantil y juvenil. El otro día hablaba de la
Misteriosa Sociedad Benedict, destinada a ser la gran revelación del género. Esta novela de Trenton Lee Stewart, publicada este año por Ediciones B, no sólo te hace pasar ratos divertidísimos siguiendo las peripecias de cuatro "niños brillantes en busca de oportunidades especiales", sino que te enseña varias cosas, a saber:
- que los pensamientos tienen una propiedad adherente que hace que se acerquen unos a otros
- que a tus pensamientos también se pegan mensajes dañinos transportados por las señales invisibles emitidas por aparatos como la televisión
- que para cada salida tiene que haber una entrada
- que nada reconforta más la mente que una respuesta simple a una pregunta complicada
...por ejemplo. Además, contiene pasajes tan bonitos como el siguiente: "La familia suele basarse en lazos de sangre, pero no siempre depende de ellos. Tampoco tiene que ser una cosa separada de la amistad. Los miembros de tu familia pueden llegar a ser tus mejores amigos. Y tus mejores amigos, estén emparentados o no contigo, pueden llegar a ser tu familia".
Para que no nos quedemos con ganas de más, existe una segunda parte, que he traducido esta primavera. La amistad entre los cuatro protagonistas se estrecha mientras recorren el mundo para salvar al hombre que los reunió y que da nombre a este singular equipo: el señor Benedict.
Y pasamos a otro bombón literario para jóvenes de espíritu:
Atherton: la casa del poder, de Patrick Carman. Se trata de la primera parte de un relato de corte fantástico cuya continuación traduciré este otoño. Un mundo que experimenta violentas transformaciones, unos recursos que escasean, una sociedad jerarquizada cuyos límites se están rompiendo, una población separada por falsedades que se une para sobrevivir, un poder político que ya no puede seguir concentrado en manos de unos pocos. ¿Te suena? Si quieres saber más, corre a la librería y pide esta primera parte de esta saga que te dará mucho que pensar.
(Lo bonito además es que Bruño ha editado el libro con una cubierta que imita las tapas de cuero y con la silueta de Atherton en el centro. Y, en un arranque de originalidad, han decidido que la tinta sea marrón, como de tinta desteñida. Esta nota de color me recuerda a la tinta verde y roja de
La historia interminable, lo que me trae maravillosos recuerdos.)
Naturalmente, puede que tengas más ganas de cantar y bailar que de pensar. No te lo voy a reprochar. Al contrario, en ese caso te animo a que te leas alguna de las cuatro novelas de
High School Musical que ha sacado Montena y hemos traducido entre Eva y yo (bueno, ella ha hecho la mayor parte). Las llaman
Historias de East High,
y narran las peripecias vividas por nuestros escolares más cantarines entre la primera película y la segunda. La verdad es que están entretenidas y bien escritas, y respetan mucho las características y el entorno de los personajes. Y a nosotros nos dan de comer. Dos novelas más están en camino y, coincidiendo con el estreno (¡en cines!) de la tercera y última película del "musical de instituto", saldrá también su adaptación en forma de novela. Eso quiere decir, claro, que en casa (incluido Janfri) ya sabemos todos cómo acabará la saga musical y quién es el asesino... de la estrella de la radio: es la tele, y en concreto Disney Channel, que empezó con las
Patoaventuras y ha terminado creando fenómenos del
pop como Britney, Aguilera, Timberlake y, ahora, a una nueva generación de ídolos
tween como Miley Cyrus (de la serie
Hannah Montana) y los Jason Brothers (protagonistas de
Camp Rock). Y lo que te rondaré, morena...
Mientras tanto, a cantar se ha dicho, porque "cantando se alegran, cielito lindo, los corazones".