Esto de mudarse no es bueno para la salud. Y menos si tienes cientos de cómics y cientos de libros. A la que tengo un rato tonto, flas, flas, cinta aislante y otra caja para el montón. En un rincón del comedor se van acumulando sin misericordia cajas y más cajas todo lo pequeñas y abundantes que se recomienda para hacer el transporte manual más liviano y la empaquetación más desesperante. La prole de cajas, cajitas y cajitillas aumenta sin cesar a la par que los nervios de los tres habitantes de la casa.
Para animar la vida entre una creciente acumulación de cajas, vamos al cine. A Janfri lo dejamos en casa, que se impresiona demasiado. Últimamente hemos visto El tigre y la nieve (simpática pero un tanto aséptica), Tiempo de valientes (divertida pero nada aséptica) Superman Returns (sosa pero bonita), Azul oscuro casi negro (sólida pero angustiosa), Cars (entretenida pero bastante) y La joven del agua (inspiradora pero mucho).
Ves, lo bueno de ir al cine es que es una afición que luego no tienes que meter en cajas.
11.9.06
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2 comentarios:
Haha!
M'ha agradat l'argument de caràcter incorpori a favor de l'afició cinematogràfica. :)
Sí, recordo que quan vaig sentir de petit que «el saber no ocupa lloc», no ho vaig entendre. I els llibres, què? La cosa no ha canviat gaire des d'aleshores. En tot cas, hi ha aficions que ocupen més lloc que altres, però la cinematogràfica no n'ocupa gens.
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