
Luego he visto que mandan
El espíritu navideño me ha llevado luego a la página de Intermón Oxfam, y he firmado
Ya que estaba, me he apuntado al
Me acerco al estudio de Eva y le cuento mi rollo, sintiéndome bastante satisfecho, y ella me dice que ha

Para que lo veas mejor, los he ordenado por edades. En primer lugar, 
A continuación te enseño las cubiertas de los dos últimos libros publicados por Planeta Junior de la serie «Academia de ángeles»:
Aclaro que no hay que leerse los libros anteriores porque en las primeras páginas te ponen en situación y que no sólo es una lectura recomendada para chicas de 10 a 13 años sino para ángeles de todas las edades, con y sin sexo y sobre todo con un espíritu abierto y luminoso.
Para chavales de entre 10 y 14 años está 



Las he hecho con la cámara que pillamos el otro día en el Carrefour. Y es que algo bueno tiene que tener la proliferación de centros comerciales. Sin cámara, habría tenido que echar mano del lápiz y del escáner. Qué pereza. Siguiendo con el tema de los CC, cuando nos fuimos de Madrid Eva me confesó que le daba penita despedirse para siempre del Eroski de Palomeras. Al contrario que yo. Quiero decir que yo no lo confesé. Pero creo que aquí hemos ganado en ese sentido. Nada más llegar, el Alcampo nos ha surtido con una cama hinchable para invitados y, lo mejor de todo, con la trilogía del Señor de los Anillos en deuvedé, que hemos estado disfrutando por partes en las últimas semanas.
Y oye, hasta Gollum es inspirador. Todos somos un poco Gollum, apunta Eva con gran perspicacia, refiriéndose a los debates internos del desdichado. Yo siempre he sentido debilidad por Merry, el primo serio que tan pronto se sienta a loar las virtudes de un tabaco de pipa como provoca la caída de un mago corrupto o derriba al nazgul más cachas, pero es verdad que Sméagol es el más humano de todos los personajes y, a fin de cuentas, es él quien salva la Tierra Media, no los elfos ni los machotes (ni siquiera los hobbits). Y este hecho es el que pone de relevancia algunos de los temas principales de la obra: que no nos corresponde decidir sobre la vida y la muerte de los demás, pues todos los destinos están entrelazados hasta puntos insospechados... y, por supuesto, que los grandes cambios los producen (los producimos) las almas pequeñas.
El otro día decidimos ver, o mejor dicho refrescar, El sexto sentido. A pesar de los cerca de diez años que lleva estrenada, esta película tiene un extraño aire de clásico que no se suele encontrar en largometrajes tan modernos. Pero este clásico se ha transformado con los años. Después de Los Otros, «Médium», «Entre fantasmas», «Muerto como yo», etc., ahora no compartiríamos como entonces la sorpresa que se llevó el bueno de Bruce. Pero El sexto sentido no es sólo la primera película moderna en la que se nos presenta el tema del fantasma engañándose a sí mismo. Porque nos da mucho más: un guión fabuloso, un uso muy apañado del suspense, el mejor trabajo de Willis (pero no el mejor de Toni Collette; ella siempre está bien) y una de las mejores actuaciones de un niño en el cine. Se nota que es un trabajo hecho con el corazón. No es una película de terror como pudo haber parecido en su estreno, y a cambio brilla con más fuerza el contenido humano de esta historia llena de ternura sobre la necesidad de aceptar el papel que le toca a uno en la vida (y en la muerte).



Hoy he recibido ejemplares de las últimas traducciones mías que se han publicado. Cada vez que recibo un paquete de ejemplares me hace una ilusión tremenda. Cuando ves libros que has traducido en las librerías también da cierto subidón. 
Lo de La gran evasión tiene gracia porque ya es el segundo libro con este título que traduzco. Por otro lado, siempre me ha costado entender por qué «Ice Age» no se traduce como «Era Glacial» o «glaciación» en lugar de «Edad de Hielo» (que me suena como bastante menos natural). Supongo que el ejecutivo de turno optó por este título porque sabía más inglés que español. Para el estreno Ice Age 2, resultó que el ejecutivo de turno ya no es que supiera poco español, es que sólo sabía inglés. Por eso la cosa se ha quedado tal cual. Eso sí, añadiendo como subtítulo El deshielo. Pues vale.