9.5.06

Ayer tuvimos ocasión de asistir a la presentación en la librería Deviaje de la calle Serrano del primer libro de una amiga de Eva, Carmen Rubio Díaz. El libro se titula Niños del mundo, y está compuesto de pequeños retazos de los viajes de la autora por el mundo. En el acto, Carmen, aventurera, bióloga y poeta, evocó la imagen de un niño haciendo volar una cometa y expresando su deseo de no hacerse mayor para no perder aquello que no ve en los adultos. Con el deseo de no perder nunca de vista al niño que hay dentro de nosotros, Eva y yo nos hicimos con un ejemplar para que la autora nos lo dedicara y salimos de la librería contagiados de la sonrisa franca de niña grande que Carmen repartió durante todo el acto. Así es como presenta el libro en la contracubierta:

No es sólo la tierra la que atrae al viajero, son la tierra misma y las gentes que lo pueblan, que la han moldeado, soportado, y a la que continúan amarrados aunque con el tiempo, desaparezcan. Son esas personas que nos miran y nos piden algo, o nos venden cualquier cosa que después nos llevaremos a casa y colocaremos con cariño en algún lugar curioso, para así, recordar un instante en el que de verdad fuimos felices. Esas gentes que rodean la Tierra, a pueblan e intentan arrancarle lo mejor y lo peor de ella, y a la que dan, toda su vida. Gentes, gentes, gentes…, que encontramos en los diferentes lugares que visitamos. Tan diferentes a nosotros y tan similares en el fondo. Es éste un libro de viajes en donde visitamos ciudades y pueblos, ascendemos a pequeñas y grandes montañas, y charlamos con las gentes que encontramos por los caminos, sobre todo con los niños, siempre sinceros e ingenuos, que se acercan a nosotros con su tímida sonrisa y su palabra, y su mundo… Es éste un sentido homenaje al candor y a la inocencia de la infancia, a sus sueños y a su vida, muchas veces más dura de lo que debiera ser.

Con este equipaje, Eva y yo nos dirigimos a Lavapiés para cenar con nuestros amigos Sara y Lawrence y con Rachel Manija Brown, que también acaba de publicar su primer libro, titulado All the Fishes Come Home to Roost. Rachel está de paso en Madrid y se dirige a Inglaterra para promocionar este libro, que son unas memorias de infancia en las que relata su estancia de cinco años en un ashram de la India fundado por un gurú que afirmaba ser Dios, donde por lo visto se aburría mortalmente hasta que su padre accedió a llevársela a Los Ángeles. Así describe el libro en su propia página web:

When I was seven years old, my post-hippie parents joined an ashram, or spiritual commune, in a cobra-ridden, drought-stricken, backwater town in India. The ashram was devoted to Meher Baba, best known for having been Pete Townshend's guru, for having kept a lifelong vow of silence, and for the slogan "Don't worry, be happy." I was the only foreign child within a hundred mile radius.

Ahora, Rachel es otra niña grande que escribe por los codos en tres blogs, varias revistas donde publica críticas de cine, cómics y libros e incluso ha sacado un manga que promete mucho. Se dice que cada persona es un mundo, pero tampoco sería desacertado afirmar que cada persona es un libro. Y cada libro es un niño.

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