7.8.07


Pasar el agosto en el sur no se lo aconsejo a nadie. Y menos si estás trabajando. Podríamos soportarlo si nos limitáramos a levantarnos tarde, comer, dormir siestas y desperezarnos cuando se pone el sol, que a grandes rasgos es la vida que lleva Janfri, pero concentrarse frente al ordenador es tarea imposible. Como prueba gráfica del fenómeno canicular que vivimos en nuestro piso, justo bajo la terraza y orientado al mediodía, Eva hizo circular un par de fotos y un comentario que reproduzco aquí.
«Pensábamos que dormirnos a las 2 o las 3 de la mañana por el calor era demasiado, que trabajar medio en pelotas y con una toalla en el culo para no mojar la silla era demasiado, pero aún no habíamos visto nada. Y es que aquí hasta las velas se declaran en huelga, dicen que éstas no son condiciones (y os aseguro que a esta vela no la ha tocado el sol, más que nada porque durante el día no podemos levantar las persianas porque los marcos de aluminio marrón de las ventanas se ponen a unos 300º y la casa parece un horno crematorio...). Y sí, estamos considerando seriamente la opción de poner aire acondicionado de instalación (tenemos uno portátil, pero no llega para los dos, con el calorcillo que sueltan los ordenadores. Y el router. Ah, y los flexos, recordad que tenemos que tener las persianas bajadas).»

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